Seguidores
martes, 9 de julio de 2013
A VECES NO LO VEMOS
Hace ya un tiempo, un hombre castigó a su pequeña niña
de 3 años por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado. El
dinero era escaso en esos días por lo que explotó en furia, cuando vio a
la niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de
Navidad. Sin embargo la niña le llevo el regalo a su padre la siguiente
mañana y dijo: "Esto es para ti,
Papito", El se sintió avergonzado de su reacción de furia, pero éste
volvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía. Le volvió a
gritar diciendo: "¿¿¿Qué no sabes que cuando das un regalo a alguien se
supone que debe haber algo adentro???" La pequeñita volteo hacia arriba
con lágrimas en los ojos y dijo, "Oh, Papito, no está vacía, Yo soplé
besos adentro de la caja, Todos para ti, Papi." El Padre se sintió
morir. Puso sus brazos alrededor de su niña y le suplicó que lo
perdonara. Se ha dicho que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su
cama por años y siempre que se sentía derrumbado, tomaba de la caja un
beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto ahí. En una
forma muy sensible, cada uno de nosotros hemos recibido un recipiente
dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos,
familia o de Dios. Nadie podría tener una propiedad o posesión más
hermosa que ésta.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario